Nuevo México está en una encrucijada. Hemos escuchado eso antes. Pero nuestro reto es aún más simple que eso. Tenemos que cambiar fundamentalmente la trayectoria de nuestro estado.
Hemos visto señales económicas positivas en todo el país, pero la situación en Nuevo México sigue en recuperación. A nivel nacional, el Departamento de Trabajo informó que los empleadores ampliaron sus nóminas en febrero, añadiendo 295.000 trabajadores, y que el desempleo cayó a 5,5 por ciento – su nivel más bajo desde 2008. Sin embargo, la tasa de desempleo de Nuevo México es más alta que el promedio nacional, y todavía estamos viendo la pérdida neta de empleos en comparación con los niveles previos a la recesión. Teniendo en cuenta el lento crecimiento salarial, muchas familias trabajadoras se sienten como si la recuperación económica los ha dejado atrás.
Los Estados Unidos es el país más rico del mundo. Sin embargo, muchas familias están luchando para sobrevivir en nuestro estado. Uno de cada cinco habitantes de Nuevo México vive en la pobreza. Y cuando los padres batallan, sus niños también lo hacen. Nuevo México ocupa el lugar 48 en la nación en pobreza infantil, una tasa que aumentó de 28 por ciento en 2012 a 30 por ciento en 2013.
Por eso mi prioridad es nivelar el terreno de juego para familias trabajadoras de Nuevo México. Tenemos que romper el ciclo de la pobreza, invertir en la educación temprana y capacitación laboral, y encontrar oportunidades para diversificar la economía de nuestro estado.
El gasto federal seguirá siendo severamente limitado en los próximos años, por lo que las soluciones tendrán que nacer de nuestro estado. Tenemos que adoptar un enfoque integral para abordar las necesidades de los niños y sus padres. Dejar atrás a un niño o a un padre disminuye las probabilidades de que una familia tenga éxito.
En las próximas semanas, voy a presentar legislación para mejorar el rendimiento escolar, la salud, capacitación laboral, cuidado de niños, y una gama de otros servicios públicos para hacer mejoras en la comunidad mientras ahorramos dólares del erario público. Al eliminar los obstáculos, creamos una estrategia de dos generaciones para romper el ciclo de la pobreza.
Pero hay pasos que podemos tomar ahora mismo para aumentar las oportunidades para todos los residentes en Nuevo México. Es hora de invertir un porcentaje sostenible del Fondo Permanente de Subvenciones de Tierras de Nuevo México en la educación infantil. Ampliar el acceso a la educación temprana de alta calidad genera importantes ganancias sobre la inversión para nuestro estado. Asegurar que nuestros estudiantes estén recibiendo una, educación asequible de primeraa cualquier edad, sin importar de dónde vengan, no se trata sólo de mejorar el bienestar de nuestros hijos. Yo creo que también es la manera más segura de rescatar nuestra economía.
Si de verdad queremos crear un clima que atrae a empresas y empresarios a Nuevo México, también tenemos que preparar mejor a nuestros estudiantes y mano de obra para competir por los empleos del futuro, sobre todo la de las áreas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (o STEM en inglés). Además, hay que ampliar la participación de mujeres y niñas, jóvenes hispanos e indígenas en las áreas de STEM. Centrarnos en la capacitación laboral y el desarrollo de la fuerza laboral también tendrá un impacto significativo y duradero en nuestra economía y asegurará que los habitantes de Nuevo México tengan la oportunidad de adquirir las habilidades que necesitan para competir por empleos de calidad con salarios dignos.
Juntos podemos asegurar que todos tengan una oportunidad para contribuir al Land of Enchantment.